"Todo el mundo se queja de su memoria,
pero nadie se queja de su juicio." LA ROCHEFOUCAULD
Bajo los regímenes mediocráticos actuales, se les da una educación similar tanto a genios en ciernes como a imbéciles.
Esto no puede tener otro efecto que el que los jóvenes superdotados se desinteresen por los estudios, ya que son capaces de entender en unos pocos minutos lo que a sus compañeros les va a llevar días, semanas o incluso meses o años en asimilar. Pero como los programas escolares están diseñados para ser utilizados con medianos, es decir, con mediocres, se deja de lado a los superdotados, que se aburren con las repeticiones necesarias para los
mediocres, y se desinteresan de sus estudios.
También en este caso, la Geniocracia u otro sistema, debe intervenir aplicando exámenes a los niños de diversas edades, a fin de extraer a los genios y a los superdotados para darles una educación de acuerdo a sus posibilidades.
Estos exámenes podrían tener lugar a los cinco años, en el momento de entrar a la escuela, y a los doce años, en el momento de entrar a la secundaria.
Es completamente sorprendente constatar cómo actualmente nos ocupamos más de los retrasados mentales o inválidos que de los superdotados, a los que no les conviene la enseñanza normal.
Esto revela el miedo que inspiran a los mediocres, garantes de la mediocridad, los individuos con una inteligencia superior a la media.
Los americanos y rusos ya han comenzado a tomar medidas para evitar que sus genios se echen a perder, poniendo en marcha escuelas reservadas a los superdotados.
Pero estas escuelas, que dan fantásticos resultados, son todavía muy escasas, y a excepción de estas dos "superpotencias", en los demás países nos negamos, bajo pretextos igualitarios estériles, a interesarnos por los jóvenes con super-cerebros.
Esto es un crimen irreparable. ¿Cuántos genios han perdido el interés por los estudios y han visto atrofiarse su cerebro por no poder desarrollarse a su ritmo, que es más rápido que el de la media?.
Otro punto importante a reformar en la educación es la excesiva importancia que se concede a la memorización, en detrimento de lo que caracteriza a un ser humano: la imaginación, que es la única auténtica inteligencia.
Arrasamos, durante largos años, el cerebro de los jóvenes con una enorme cantidad de informaciones que deben ser aprendidas "de memoria". Y mientras las enseñamos "de memoria", hacemos trabajar su memoria, pero no su inteligencia.
Cualquier computadora es capaz de acumular conocimientos, el cerebro humano, sin embargo, debe ser entrenado para imaginar y no para memorizar.
En las escuelas chinas ya han comenzado a aplicarse exámenes con libro abierto a los estudiantes.
Es decir, los examinadores hacen preguntas, y los jóvenes tienen tiempo para hojear sus libros para documentarse sobre la cuestión, y así hacer trabajar su mente de síntesis, mucho más útil que la memoria.
Ha habido fanáticos obsesionados por el uso de la pluma, que nos han envenenado la existencia con sus tinteros y perfiles, pero ahora nos servimos todos los días de bolígrafos.
De la misma manera, los obsesos de la ecuación envenenan la vida de los estudiantes, cuando con calculadoras de bolsillo se pueden resolver todos los problemas.
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