"Después de un siglo, ¡el trabajo forzado quiebra
los huesos, descompone la carne, atenaza los
nervios; después de un siglo, el hambre corroe
las entrañas y hace alucinar al cerebro!
¡Oh, pereza, ten piedad de nuestra larga miseria!
¡Oh, pereza, madre de las artes y de las virtudes nobles,
sois el bálsamo de las angustias humanas!" PAUL LAFARGUE.
Los obreros que trabajan detrás de una máquina durante ocho horas diarias, y los empleados que emborronan papel durante el mismo tiempo, miran con un gesto de desprecio a las prostitutas. Sin embargo, no existe una gran diferencia entre ellos y ellas.
La prostituta alquila su cuerpo algunos instantes a alguien por dinero; el obrero alquila su cuerpo ocho horas al día a un patrón por dinero, y el empleado, también. El ingeniero también alquila su cuerpo y, principalmente, su mente, por dinero. Todo ser que trabaja para obtener a cambio con qué vivir, practica la prostitución.
Conocí a una joven mujer graduada en filosofía y licenciada en letras que se prostituía en los Campos Elíseos de París. Ella daba el siguiente razonamiento:
"Tengo muchos títulos, pero los empleos a los que me permitían acceder dichos títulos me proporcionaban sólo lo justo para poder vivir, y no tenía ni un minuto para hacer lo que me gusta, que es dedicar mi tiempo a enseñar a
las futuras generaciones la filosofía de Nietzsche o escribir, que es mi pasión. Prostituyendo mi cuerpo una o dos horas al día, gano una enorme cantidad de dinero y tengo tiempo para dedicarme a mis libros y a la filosofía el resto del día.
Entre prostituir mi mente y prostituir mi cuerpo, no lo dudaría ni un sólo instante..."
Este es un razonamiento que no puede ser más justo. Evidentemente, no todos los trabajadores-prostitutos tienen en la vida la suerte de tener ni el físico extraordinario de esta joven mujer, ni su fantástica lucidez.
Por eso, ellos deben unirse para exigir que se ponga en marcha la Geniocracia u otro modelo de sistema, para que los genios, sabios o creativos reemplacen a los prostitutos físicos o mentales por máquinas y ordenadores, suprimiendo el dinero y, por tanto, la prostitución.
LOS TRABAJADORES DEL FUTURO: LOS ROBOTS ELECTRÓNICOS O BIOLÓGICOS.
"Ya no necesitaríamos esclavos
si las herramientas se movieran por sí
solas." ARISTÓTELES
La electrónica, la cibernética, la informática y la biología, trabajando en estrecha colaboración , van a hacer posible en los próximos años la creación de robots capaces de efectuar todos los trabajos que realiza el hombre, y con mucha más precisión y rapidez.
Ya hoy, las nuevas computadoras superan en mucho las capacidades humanas, tanto en el plano de la memorización como en la utilización de informaciones memorizadas.
Ya existen máquinas de enseñanza que son utilizadas, por ejemplo, por los estudiantes de medicina, que enumeran los síntomas y registran las respuestas de los estudiantes, comentándolas y haciendo preguntas, exactamente igual que un profesor humano. No habrá ninguna dificultad para conectar esta computadora a sensores conectados a diferentes instrumentos de medición de la temperatura, del ritmo cardiaco, de la tensión arterial, de las tomas y análisis de sangre y orina, etc., que se colocarían automáticamente sobre el paciente a fin de hacerle un examen médico sin la más mínima intervención humana.
El problema de la comunicación está también resuelto, ya que se acaban de realizar computadoras que sintetizan la voz humana y comunican sus informaciones, no dactilografiándolas, sino hablando exactamente como un hombre. Y a la inversa, este aparato escucha lo que se le dice y responde a las preguntas que se le hacen, lo que añade a sus posibilidades de diagnóstico, la capacidad de la máquina de formular preguntas de este tipo: "¿Le duele si presiono aquí?", y también será capaz de decir: "Relájese", cuando sienta una tensión nerviosa excesiva en el paciente.
Incluso podrá utilizar una voz de tono mucho más relajante que la voz de ciertos médicos con órgano vocal poco armonioso o crispante.
La utilización de robots, como podemos ver, va mucho más allá de la construcción de automóviles en una cadena de fabricación. Y esto no es ciencia ficción, sino la realidad actual, que como de costumbre, supera la ficción.
Todo lo que hace el hombre, y digo bien TODO, la máquina puede hacerlo mejor y más rápidamente.
Esto ocurre hasta en las artes o la creación, que durante mucho tiempo creíamos ser ámbito privilegiado del hombre.
Actualmente, existen computadoras compositoras e intérpretes de sus obras. Todo el mundo conoce los sonidos de los sintetizadores, utilizados cada vez más en los locales musicales. Se trata de una computadora capaz de reproducir la sonoridad de todos los instrumentos de música e incluso de la voz humana. Este aparato puede ser programado para tocar una partitura de Bach o de Beethoven con mucha más precisión que cualquier orquesta sinfónica del mundo. Imagínese una orquesta de cien violines. Pues bien, esos cien violines nunca comenzarán la pieza al mismo tiempo, ya que siempre habrá una diferencia de unas décimas de segundo entre los músicos más rápidos o los más lentos, y de algunas centésimas de segundos entre todos los músicos. La computadora, sin embargo, reproducirá el sonido de cien violines y los hará empezar todos a la milésima de segundo, mejor de lo que jamás cualquier director de orquesta podría obtener con músicos humanos.
Algunos dirán que el pequeño tiempo de retraso o la ligera vacilación constituye precisamente lo que marca la personalidad de tal o cual director de orquesta, pero esta vacilación también puede ser programada para darle a la computadora una "personalidad" idéntica.
Otra ventaja de la computadora-sintetizador es la de proporcionar sonidos más puros que los instrumentos arcaicos, que se sirven de la acústica natural de las salas en las que se utilizan. Esto es particularmente molesto en las grabaciones, en las que nos vemos obligados a pasar los sonidos por un micrófono y después por un amplificador para grabarlos o emitirlos. El sintetizador, sin embargo, puede enviar sonidos de una pureza prácticamente total directamente al amplificador, sin que sean perturbados por defectos acústicos de la sala en la que se encuentra.
Así lo dice Jean-Claude Risset, responsable de investigación en C.N.R.S. y compositor: "No hay límite para la precisión y virtuosidad de la computadora, que puede ejecutar partituras difíciles y ritmos complejos con una exactitud vedada a los intérpretes humanos; y ciertos compositores quieren utilizar la computadora simplemente para desembarazarse de los intérpretes."
Lo que es posible con los sonidos también es posible con los colores, las formas, los olores y los sabores.
El pintor que reproduce la curva de una cadera no hace más que trazar una línea ideal en relación a las numerosas posibilidades de trazados. La computadora también lo puede hacer. Hasta los errores que caracterizan a ciertas pintores, que adornan sus figuras retratadas con largos cuellos, como Modigliani o dibujándolas con un máximo de líneas verticales como Buffet. Esto también puede hacerlo la computadora. De la misma manera que puede tocar una obra al estilo de Bach, puede pintar una figura humana a la manera de Modigliani.
Una computadora puede incluso encontrar un estilo que no existe, pasando revista a los estilos existentes e inventando uno que corresponda a los gustos de un público determinado.
"El rol de la computadora en el proceso de la creatividad no está más que en sus comienzos, los cuales son muy prometedores." Lo dice el profesor Arnold Kaufman, del Instituto Politécnico Nacional de Grenoble y, el futuro inmediato demostrará que la realidad superará sus previsiones.
Así pues, se comprende muy bien que si las computadoras pueden abordar con éxito especialidades tan difíciles y sutiles como las artes, todas las necesidades indispensables para la supervivencia de la Humanidad, es decir, su aprovisionamiento de comida, de energía y productos terminados, son susceptibles de ser realizadas sin el más mínimo problema por estas máquinas.
Una etapa importante en el proceso de completa robotización de los medios de producción será la fabricación propiamente dicha de computadoras y robots. Esto podría requerir mucho tiempo y esfuerzo, pero también será posible crear computadoras capaces de terminar ellas mismas su propia fabricación, siendo proporcionado un plan total por la computadora central -algo así como el código genético que contiene las características físicas de un ser totalmente desarrollado y que se encuentra en su primera célula-, esta computadora central lograría por sí sola estructurar en torno a sí misma sus prolongaciones sensoriales o activas, como hace la célula con los brazos y ojos.
Incluso será posible incluir en el programa de la computadora central las informaciones que le permitan reproducirse, producir otras computadoras centrales dotadas de la misma posibilidad, del mismo modo que el hombre crea con sus órganos genitales otros hombres que, que a su vez, serán capaces de hacer lo mismo. La "conservación del modelo" será la conservación de la especie de las computadoras auto-reproducibles.
En lo que concierne a los sistemas de producción de alimentos, energía y productos terminados, el uso de computadoras completamente metálicas ya no será una molestia, como tampoco lo será para trabajos domésticos o trabajos a realizar en el entorno inmediato al lugar de residencia de los humanos. Si se pueden concebir y fabricar perfectamente "casas-robots" que se limpien por sí solas y respondan automáticamente a las necesidades de sus ocupantes, tanto en el aspecto de la alimentación como de la higiene o los entretenimientos (comidas preparadas con
la orden oral del dueño de la casa, baño tibio agradablemente preparado, televisión encendida en el canal deseado, etc.), es muy probable que el hombre tenga placer al estar rodeado por robots-sirvientes autónomos y de apariencia humanoide.
Es aquí donde interviene la biología.
El hombre, al entrar en contacto con entidades metálicas desprovistas de "calor", creará robots biológicos, es decir, robots fabricados con materia viva y programados para hacer lo que se espera de ellos.
Seguro que habrá gente que pondrá el grito en el cielo, diciendo que no tenemos derecho a reducir al esclavismo a seres vivos inteligentes. Pero las computadoras también son entidades "vivas" dotadas de inteligencia...
¿Acaso el hecho de estar constituido por materia biológicamente viva cambia el problema, a medida que lleguemos a sintetizar dicha materia viva?
Por otra parte, el esclavismo consiste en hacer trabajar a seres vivos contra su voluntad, bajo amenaza de castigos tales como el látigo o la privación de alimentos.
Pero la creación de robots biológicos, programados genéticamente para trabajar y obedecer a las órdenes del hombre, hace de estos unos seres que no pueden ser liberados en ningún caso de su esclavismo, pues fueron hechos para ello y no pueden concebir absolutamente ninguna otra cosa que no sea trabajar sin cesar de modo completamente voluntario, como también lo hace el hombre cuando come, bebe o duerme.
Pero quizás, para marcar claramente la diferencia entre hombres y robots biológicos a los que se les dé aspecto humano, se actuará de tal manera que en su fisonomía haya algo que permita detectar instantáneamente la diferencia, ya sea una marca distintiva hereditaria, ya sea un objeto que deban llevar permanentemente, como un collar o una piedra incrustada en su frente.
Igual que en el caso de las computadoras, estos robots biológicos podrán ser producidos en serie, directamente explotables e incapaces de reproducirse por sí mismos, ya sea por auto-reproducción, por vía sexual o por brotes.
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